Artículos

 

Clown i Conciencia

 

Hace algún tiempo descubrí la alegría dentro de mí, y fue gracias a una nariz roja que desde entonces me acompaña. Vive en mi corazón y desde allí me recuerda mi origen, mi naturaleza más profunda.

 

La mayoría de la gente desconoce a los payasos y payasas. Se ha banalizado completamente su presencia, restringiéndola a ámbitos lúdicos puramente comerciales, y olvidando su función sagrada de portadores de la risa. La risa que nos ayuda a conocer, a comprender, y a amar.

Los payasos saben la risa y su esencia. Saben que la risa es expresión de la alegría y que la alegría es la condición natural del ser humano. La risa es vida.

 

El payaso se entrega a esa vida con pasión desde un estado de total inocencia y libertad, desde un estado en el que no hay que hacer, sólo ser.

El payaso deja a un lado el plano mental y la identificación, para entrar en la naturalidad y la frescura, en el no juicio y en el no prejuicio.

Por eso los payasos rien,imitan y gesticulan. Eso es lo que hacemos los seres humanos durante los primeros años de vida, antes de identificarnos con nuestra mente, entrar en el mundo del pensamiento crítico y olvidarnos de ser.

 

Los payasos son libres de ser y de expresar, sacan fuera sus pensamientos y sentimientos más auténticos y sinceros, mostrando la desnudez de su interior a corazón abierto. Y nos muestran su amor y su odio, su dios y su demonio, su orden y su caos, su grandeza y su simplicidad.....porque viven la dualidad sin tapujos ni barreras, desde la autenticidad y la pasión.

Aceptar esta dualidad con amor permite expresar la unidad.

El clown no juzga lo bueno y lo malo, para él todo forma parte del juego de la vida, y su corazón acepta y ama incondicionalmente aquello que para los demás es una fuente de constante sufrimiento.

El clown integra y acepta la oscuridad jugando a ser múltiples personajes, lo que permite a la persona que está detrás de la nariz, bucear en su interior, en una maravillosa búsqueda de sí misma, capitaneada por el amor y la risa.

 

Yo tuve un gran profesor payaso que decía que los humanos somos tragicómicos. Esta doblez entre la luz y la sombra, el clown la transciende para mostrarnos la expresión del infinito mediante su entrega y su pasión, su amor incondicional, y su alegría por el simple y sagrado hecho de existir.

 

El clown es vida pura y como tal acepta y afronta las dificultades con creatividad, buscando incluso las soluciones más inverosímiles. Siempre está dispuesto a levantarse, para él el error y el fracaso son formas de evolucionar, son oportunidades para crear, descubrir, mejorar y aprender la humildad.

 

El clown tiene una buena opinión de sí mismo, siempre dice que sí a cualquier propuesta porque se cree capaz de hacerlo, y si fracasa extraerá lo positivo de lo que ocurra. Su motor es buscar, encontrar, experimentar...sin sucumbir ante las dificultades.

Es pura determinación, no conoce el desaliento, para él o ella lo que le está pasando es lo mejor que le puede pasar en ese momento.

Vive el aquí y el ahora, jugando a estar en el pasado o en el futuro, pero el presente acabará por atraer su atención y volverá porque necesita ser auténtico, porque se entrega al momento y fluye con los acontecimientos, asumiendo la travesía con optimismo.

 

El clown es tierno e inteligente y tiene un punto de vista ingenuo, primario, no contaminado, y expresa sus pensamientos y sentimientos más auténticos y profundos sin miedo a ser juzgado, y sabiendo, que es totalmente aceptado tal y como es, y diga lo que diga.

 

El clown quiere compartir sus vivencias con los demás, quiere compartirlo todo por el puro gozo de compartir y de jugar, por puro amor. Y en esta aventura se produce un pequeño milagro.

Cuando el payaso nos mira, esa mirada es un espejo a través del cual, vemos su interior y nuestro reflejo en él. Y reímos porque nuestro reflejo nos conmueve y nos reconocemos. Y nos dejamos llevar entonces, por el placer del juego, más allá de códigos y costumbres, en un viaje a lo más auténtico de las personas, navegando en la paradoja de descubrirnos a nosotros mismos mirándonos en los demás.

 

El clown también vive su propio viaje interior. Éste empieza por identificarse con uno mismo, no con ningún personaje, e ir hacia dentro para re-conocerse y después re-presentarse. En este recorrido visita los lugares más recónditos y desconocidos, descubre el silencio, encuentra su esencia...y luego vuelve para compartirlo desde ese “estar payaso”, que no es otra cosa, que estar con uno mismo en su propia presencia.

 

Cuando digo que soy payasa la gente se ríe, espero que esa risa sea una pequeña semilla que ayude a su luz a florecer.

Desde mi corazón habitado, GRACIAS.

 

 

 

Experiencias de la Risa

 

El filósofo Thomas Hobbes dejó escrito que “la risa no es otra cosa que una gloria súbita”. Un proverbio japonés dice que “el tiempo que pasa uno riendo es tiempo que pasa con los dioses”.

En India se dice que "Es gracias a la risa que la humanidad sobrevive, si la risa no existiera, los seres humanos, dada su innata infelicidad, habrían dejado de existir"

 

Éstas y otras afirmaciones me producen mucha curiosidad, y me llevan a investigar sobre el origen divino de la risa, y su relación con la conciencia humana.

Trato así de clasificar las diferentes tipologías de risas. Aventurándome a observar y documentarme, encuentro que podrían tipificarse tres risas:

 

1-La risa social que actúa como pegamento para afianzar las relaciones de los miembros de un grupo. No nos reímos así cuando estamos contentos, sino cuando estamos en presencia de otros, para sentirnos parte compartiendo códigos de humor.

Esta risa tiene que ver con la personalidad.

 

 2-La risa como expresión física de una emoción: alegría, sorpresa, amor...

El diccionario define la emoción como un estado de ánimo, y la palabra ánimo viene de ánima, o sea alma. Si esta risa es verdadera, si no es un código social, se ve en los ojos. Los músculos orbiculares, que rodean los ojos no obedecen órdenes del cerebro cognitivo, dicha orden viene de regiones más profundas.

En este caso, la risa es ya un poco más original y sincera, si bien todavía nace de la individualidad.

  

 3-La risa que no expresa una emoción, y que no necesita de otro. La risa del despertar, de la conciencia. Una de las tomas de conciencia más profundas que yo vivo es que no hay que “Hacer” sino “Ser”. La paradoja es que tengo que hacer un montón de cosas, para dejar de hacer y llegar al ser. Entonces me río, cuando me despierto y veo que es un juego, que todo lo que hago realmente no existe, que nada existe realmente más allá de una presencia, un gozo y una paz profundas.

Esta risa consciente descubre la conciencia que ha decidido vivir la experiencia humana.

Esta es la Risa del Ser.